lunes, 30 de diciembre de 2019

Fin




Me quedo
enganchada a ti

frente a frente

impávida
inmóvil
y aterida.


Sin arrancar
mi mirada
de la tuya

ni los pies
del suelo.


Como
una estatua

de piedra

enraizada

al centro
de la Tierra.


Y entonces

veo

cómo
comienzas

a desvanecerte,

difuminando
tus contornos,


desmaterializándote


átomo

a

átomo.


Tu imagen
se va borrando,


cada vez más desvaída,


como una seda
tenue

que ya no guarda
corporeidad
ni forma,

hasta volverte

fantasma

sueño

o humo.



Y ya no eres,

ni serás,

ni has sido.


No estás.
Te has borrado de mí.


Igual que el miedo.



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