domingo, 10 de noviembre de 2013

Reflexiones sobre el arte, la cultura y la vida I



"A fin de cuentas, lo que no nos da la gana olvidar es que el problema más urgente sigue siendo combatir la dictadura en el mundo"

(José Manuel Rojo, en el prólogo de "Industrias Mikuerpo. Un proyecto de gestión cultural independiente")


Investigo ahora una serie de textos que relacionan política y cultura. Y reflexiono acerca de la tendencia de los individuos, en general, de no implicarse en política si no se obtiene un beneficio real e inmediato, si bien tampoco se implican en cultura si no se obtiene una rentabilidad real e inmediata. Por suerte, convivo con personas que participan de uno y otro ámbito sin más energía ni herramientas que la propia desnudez (desamparo, pero a la vez aliento) que le dan sus principios, su energía y sus sueños. Aprendo de ellos a cada paso. Son para mí como un oasis cuando me siento demasiado dentro de la farsa.



Después de leer "1984" de George Orwell, me resultan evidentes algunas estructuras del Sistema que fueron dadas por ficticias. La invención premeditada del pasado, así como el mantenimiento de un presente continuo que nunca ha sido diferente ni va a serlo, defendido como Realidad y Verdad sin objeciones. La ilusión de que antes se vivía peor, siempre peor que ahora. Lo que lleva a la ilusión de progreso o evolución de la época actual en la que vivimos, siendo paternalistas con el pasado, antiguas culturas, reductos socio-culturales, u otros modos de vida del espacio o del tiempo. Es algo en lo que pienso mucho.

Ahora que leo textos como "La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica" de Walter Benjamin, "La palabra pintada" de Tom Wolfe o "La cámara Lúcida" de Roland Barthes, no puedo evitar relacionarlos con los textos de Raoul Vaneigem o Guy Debord. La vida y la cultura son lo mismo. La vida y la política. La vida y el arte. Por eso intento alejarme de la cultura de la separación en la que vivimos (individuos separados, especialización, delimitación de las áreas de la vida, de la convivencia y del conocimiento) e intento relacionar, unir, crear vínculos en mi misma y entre otros. Comunicar, al fin y al cabo, en el verdadero significado del término.

No tengo ninguna conclusión cerrada, porque estoy viva. Sólo pienso, leo, siento, actúo. E intento hacer coherente todo ello en la aplicación práctica de mi vida. A menudo sin éxito, por supuesto. Porque soy humana.

Ya escribí acerca de la relación de los medios de comunicación en la sociedad actual y el papel de Internet y la web 2.0. (http://deltodoodelanada.blogspot.com.es/2013/05/apuntalar-el-conocimiento-el-verdadero.html), herramientas que pasaron y aún, a veces, pasan por útiles de libertad de expresión y que no nos damos cuenta de que no son más que la perpetuación de nuestra condena al consumismo y al capitalismo. Sin ellas no podríamos alimentar esa necesidad de promoción de la que hablan en el texto "No veis lo que está pasando" (Revista Maldeojo núm. 1, 2000):

Este texto, "además de poner en duda que la célebre horizontalidad y democratización de la comunicación en Internet consiga cerrar la boca del monólogo del poder, describe el paso de la fase pasiva a la activa del espectáculo, por el que las personas participan libre y voluntariamente en los mecanismos de estupidización y amaestramiento que parodian la vida real."

"Gracias a tan exitosa domesticación, ya no sólo tenemos un policía dentro de nuestro cuerpo sino también un periodista y un paparazzi y una presentadora de televisión y un concursante de Gran Hermano y un publicista, sobre todo un publicista de uno mismo y de todo lo demás".

Ya hablaba Guy Debord en "La sociedad del espectáculo" de ese mundo teatralizado del que somos máscara, superficie, diferenciando la realidad de lo que creemos real. Ahora me pregunto, ¿somos conscientes de cuánto de lo que somos y hacemos es para la vida real propia y cuánto de cara al escaparate?.

Mantengo un diálogo algo ambiguo desde hace un tiempo acerca de la proyección artística VS la vida real. Aquellos artistas y galeristas que no han comprendido nunca la crítica y ridiculización del arte en los Ready Mades de Marcel Duchamp no podrán comprender nunca que el concepto dadaísta de "antiarte" o "antipoesía", el lema "El arte ha muerto" de los King Mov, no podría ser ideado sino por amantes del arte y de la vida real hasta la médula que desdeñan la parodia y pantomima consumista y clasista en la que se ha convertido.

Así, desde esta proyección publicitaria y propagandística que supone esta herramienta anti-democrática del Sistema de la que hago uso (Blog, Facebook) como miembro de la masa, por decisión voluntaria pero a la vez sin otra opción alternativa en estos momentos para sobrevivir como creadora que pretende hacer del arte su modo de vida (reduciéndolo, pues, a herramienta de supervivencia y, por tanto, productiva, reduciéndolo, pues, reduciéndolo...), no puedo sino seguir leyendo y pensando.

Dice Luis Navarro en "De Antemano" (Revista Amano núm. 0, 1994):

"Está cercano, se sospecha, el día en que el filósofo, el artista y el humanista en general tendrá que aprender a vivir y morir propia manu, como los viejos sabios y  sofistas, fuera del circuito de la formación oficial, las becas y la empresa pública. Eso podría ser bueno, porque entonces hablará de cosas que puedan interesar a la gente; pero, bajo las actuales estructuras mercantiles de producción y circulación de signos culturales, podemos predecir que terminará hablando de lo que quiera la gente, como los artistas de masas."

Espero, mientras, lograr hablar de cosas que puedan interesar a las personas. O al menos intentarlo.



1 comentario:

  1. alguno se exaspera cuando ve que los amantes del antiarte también son disecados...(y dadá ya sólo es una postal de la librería, y eso, y qué rabia, etc)
    ...pero la vida sigue sucediéndonos, trascendiendo el arte (renaciendo en anarte eternamente): eso es todo lo que hay (las mercacías no existen si uno lo piensa bien)

    ResponderEliminar