sábado, 9 de marzo de 2019

Las mujeres que [me] pisan



Los pasillos,
los pasillos de las galerías, 

del hospital
o del claustro.


Los pasillos de la cotidianeidad 

que aplasta,

la inercia de correr de puntillas 

como las bailarinas

en el danzar continuo 

de la niña eterna,

sacrificio en danza 

carrera de obstáculos
la escalada y la cuerda 
los zapatos rojos

del cuento.


La luz
la luz angelical
de la sonrisa,
la luz de la ilusión de la mirada


las luces de flash
el relampagueo del alma 

la muerte de Ícaro

mi luz que no se apaga.


La oscuridad tóxica 

del mundo tóxico,

las mujeres que pisan 

con tacones de aguja 
y sonrisa de hiena.

La luz
la luz de las pantallas,


el parpadeo de vida 
de una metáfora
o de una libélula.


Correr, correr por los pasillos 

huyendo de las hienas
o persiguiendo la luz,


la luz artificial
de los fluorescentes 

de los pasillos,

los pasillos de las galerías, 

del hospital
o del claustro.



Elena Pedrosa, 2019